Comprar un local para tu negocio es un paso de gigante. Pero, ¿cómo se financia? La respuesta suele ser una hipoteca para local comercial, un préstamo diseñado específicamente para comprar, reformar o construir el espacio donde tu proyecto se hará realidad.

Piensa en esta hipoteca como un socio financiero. A diferencia de un préstamo para una vivienda, aquí el banco no solo te analiza a ti; pone la lupa sobre tu idea de negocio. Su principal pregunta es: ¿será este proyecto lo suficientemente rentable como para pagar las cuotas cada mes?

Este detalle lo cambia todo. No estás comprando un hogar, sino una herramienta de trabajo, un activo que tiene que generar ingresos. Por eso, las condiciones son diferentes y el proceso requiere una preparación extra.

¿Qué es exactamente una hipoteca para local comercial y cómo funciona?

Imagina que eres un cocinero y quieres abrir tu propio restaurante. Has encontrado el local perfecto, pero necesitas financiación para comprarlo. La hipoteca para local comercial es el puente que conecta tu sueño con la realidad.

El banco te prestará el dinero, pero a cambio, analizará tu proyecto a fondo. Querrá ver tu plan de negocio, tus previsiones de ingresos y tus estudios de mercado. Para la entidad, es casi como invertir en tu restaurante, por lo que necesita estar segura de que tu idea es viable y tiene futuro.

Un ejemplo para verlo claro: la tienda de Ana

Ana quiere abrir una pequeña tienda de ropa en su barrio. El local que le gusta cuesta 120.000 €. Cuando va al banco a pedir una hipoteca para local comercial, el asesor no solo le pide sus últimas nóminas. Le pregunta por todo:

  • ¿Qué tipo de clientela espera tener?
  • ¿Ha analizado a las otras tiendas de la zona?
  • ¿Cuánto espera facturar el primer año?
  • ¿Qué presupuesto tiene para la decoración y el stock inicial?

El banco necesita ver que Ana no solo tiene una buena idea, sino un plan sólido. Si el plan convence, le concederán el préstamo. La hipoteca se convierte así en la herramienta que le permite a Ana pasar de ser una empleada a ser la dueña de su propio negocio.

¿Para qué puedes usar esta hipoteca?

Aunque lo más común es usarla para comprar, tiene otros usos muy prácticos:

  • Comprar un local comercial: Para empezar un negocio desde cero o trasladar uno que ya tienes.
  • Hacer una reforma integral: Para adaptar un espacio antiguo a las necesidades de tu actividad (una clínica, un gimnasio, una oficina moderna…).
  • Construir desde cero: Si tienes un terreno, puedes financiar la construcción de una nave industrial o un edificio de oficinas.

La idea clave: Este préstamo siempre está vinculado a un inmueble que va a generar una actividad económica. El propio local es la garantía principal, pero la viabilidad de tu negocio es la llave que abre la puerta a la financiación.

El mercado de este tipo de hipotecas está en movimiento. Según datos del Instituto Nacional de Estadística, la firma de hipotecas sobre locales ha crecido, lo que demuestra que hay más confianza y más proyectos poniéndose en marcha.

Antes de nada, es fundamental conocer el valor real del inmueble. Te recomendamos leer nuestra guía sobre cómo valorar un local comercial para empezar con buen pie.

Diferencias clave: hipoteca para local vs. hipoteca para vivienda

Aunque se llamen «hipoteca», son productos muy diferentes. Pensar que conseguirás las mismas condiciones para tu oficina que para tu casa es un error muy común que puede llevar a sorpresas.

¿Por qué son tan distintas? Por el riesgo.

Para un banco, tu casa es un activo seguro y fácil de vender si las cosas van mal. Un local comercial, en cambio, depende del éxito de un negocio. Si la actividad fracasa, el local puede quedarse vacío durante mucho tiempo, generando pérdidas.

Este mayor riesgo para el banco se traduce directamente en condiciones más duras y menos flexibles para la hipoteca de local comercial. Es su forma de protegerse.

1. Menos dinero prestado (el porcentaje de financiación)

Esta es la primera gran diferencia. Para una vivienda, es normal que el banco te financie hasta el 80% del valor. Sin embargo, para una hipoteca para local comercial, es raro que te den más del 60% o 70%.

Esto significa que necesitas tener muchos más ahorros. Si el local cuesta 150.000 €, el banco te dará, como mucho, 105.000 € (el 70%). Los 45.000 € restantes, más los impuestos y gastos, tendrás que ponerlos de tu bolsillo.

2. Menos tiempo para devolverlo (plazos más cortos)

La segunda diferencia importante. Las hipotecas para vivienda pueden alargarse hasta 30 años. Para un local, los plazos son mucho más cortos: lo normal es que no pasen de 20 años, y a menudo se quedan en 15.

Un plazo más corto significa cuotas mensuales más altas. Esto exige que tu negocio empiece a generar buenos ingresos desde el principio.

Tabla Comparativa: Local Comercial vs. Vivienda

Esta tabla resume las diferencias de un vistazo:

Característica Hipoteca Local Comercial Hipoteca de Vivienda
% de Financiación 60% – 70% Hasta el 80% (o más)
Plazo de Devolución 15 – 20 años 25 – 30 años
Tipo de Interés Generalmente más alto Más bajo y competitivo
Análisis de Riesgo Enfocado en la viabilidad del negocio Enfocado en tu solvencia personal

El ejemplo de dos hermanos, Laura y Carlos

Para que quede clarísimo, imagina a dos hermanos. Cada uno compra un inmueble de 200.000 €.

  • Laura compra su primera vivienda. El banco le financia el 80% (160.000 €) a 30 años.
  • Carlos compra un local para su taller. El banco le financia solo el 60% (120.000 €) a 20 años.

Las consecuencias son enormes. Carlos necesita 40.000 € más de ahorros para la entrada y, además, sus cuotas mensuales serán mucho más elevadas por tener menos años para devolver el dinero y, probablemente, un interés más alto.

¿Qué necesitas para que te aprueben la hipoteca? Requisitos y Documentación

Conseguir que un banco te dé el «sí» para una hipoteca de local comercial es como preparar un caso para un juicio: tienes que convencerles de que tu proyecto es una apuesta ganadora.

Para ello, necesitas un expediente perfecto que cubra tres áreas: quién eres, cómo están tus finanzas y, lo más importante, cuál es tu plan.

Un escritorio de madera con un archivador de documentación, un plan de negocio abierto, un portátil y una lista de verificación.

Parte 1: Documentación personal y de la empresa

El banco necesita saber con quién trata. Ten listos estos papeles básicos:

  • Si eres autónomo: Tu DNI y los documentos de alta en Hacienda y Seguridad Social.
  • Si tienes una sociedad: El CIF de la empresa y las escrituras de constitución registradas.
  • Poderes de los administradores: El documento que acredita quién puede firmar en nombre de la empresa.

Parte 2: Demostración de solvencia económica

Aquí es donde demuestras que tienes capacidad para pagar. Prepara:

  • Declaraciones de impuestos: Las últimas declaraciones de IRPF (si eres autónomo) o del Impuesto de Sociedades, así como los pagos trimestrales de IVA.
  • Vida laboral actualizada.
  • Extractos bancarios recientes para que vean tus movimientos y liquidez.
  • Informe CIRBE: El banco lo consultará para ver si tienes otras deudas pendientes. Puedes ver más datos del Banco de España sobre la concesión de crédito.

Un consejo: Tener unas cuentas saneadas y no figurar en listas de morosos es fundamental. Es la mejor carta de presentación.

Parte 3: El plan de negocio (la pieza clave)

Este documento es tu oportunidad de «vender» tu proyecto. Es donde explicas por qué tu negocio va a funcionar y será rentable. Debe ser detallado, realista y convincente.

Un buen plan de negocio debe incluir:

  • Análisis del mercado: ¿Quiénes son tus clientes? ¿Y tu competencia? Demuestra que sabes dónde te metes.
  • Previsiones financieras: Una estimación de ingresos y gastos para los próximos 3-5 años.
  • Plan de marketing: ¿Cómo vas a atraer clientes?
  • Presupuesto detallado: El coste del local, la reforma, licencias, etc.

Ejemplo del Fisioterapeuta Emprendedor:

Marcos es fisio y quiere abrir su clínica. En su plan de negocio, incluyó un estudio demográfico del barrio, demostrando que había una alta demanda de fisioterapia deportiva y poca competencia. Sus previsiones de ingresos se basaban en acuerdos que ya tenía cerrados con clubes de la zona. Este nivel de detalle fue lo que convenció al banco de que su proyecto era sólido.

Calcula los costes totales: más allá del precio de compra

Cuando buscas una hipoteca para un local comercial, es fácil obsesionarse con el precio del inmueble. Pero cuidado, ese es solo el punto de partida. Hay una serie de gastos e impuestos adicionales que pueden sumar entre un 10% y un 15% extra al coste total. Ignorarlos es un error que puede descuadrar todo tu presupuesto.

Vamos a desglosarlos para que no se te escape nada.

Gastos asociados a la compraventa

Estos son los costes fijos de cualquier operación inmobiliaria:

  • Notaría: Lo que cobra el notario por formalizar la escritura de compra. Sus tarifas están reguladas.
  • Registro de la Propiedad: El coste de inscribir el local a tu nombre para que seas el propietario legal.
  • Gestoría: No es obligatoria, pero sí muy recomendable. Se encargan de todo el papeleo y los impuestos. Pide presupuesto en varias.

Impuestos: ¿IVA o ITP?

El impuesto principal depende de quién te venda el local. Solo pagarás uno de los dos:

  • IVA (21%): Se paga si compras un local nuevo directamente al promotor, o si el vendedor es una empresa o autónomo.
  • ITP (Impuesto de Transmisiones Patrimoniales): Se paga si compras un local de segunda mano a un particular. El porcentaje varía según la comunidad autónoma (suele estar entre el 6% y el 10%).

Si quieres saber más, puedes consultar nuestra guía sobre el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP).

Ventajas fiscales que te interesan

No todo son gastos. Comprar un local para tu negocio tiene beneficios fiscales que te ayudarán a ahorrar dinero a largo plazo:

  1. Deducción de los intereses: Los intereses que pagas al banco cada mes se consideran un gasto deducible en tu declaración de IRPF o Impuesto de Sociedades.
  2. Amortización del inmueble: Cada año puedes deducir una parte del valor del local como gasto, por el desgaste que sufre con el uso. Esto reduce tus beneficios y, por tanto, los impuestos que pagas.

Ejemplo con números reales:

Imagina que compras un local de segunda mano por 180.000 € en una comunidad con un ITP del 8%.

  • Precio del local: 180.000 €
  • Aportación inicial (30%): 54.000 €
  • ITP (8% sobre 180.000 €): 14.400 €
  • Gastos de notaría, registro y gestoría (aprox.): 2.500 €
  • Tasación del local (gasto de la hipoteca): 400 €

Total de ahorros que necesitas: 54.000 + 14.400 + 2.500 + 400 = 71.300 €.

Como ves, para comprar un local de 180.000 €, necesitas tener ahorrados más de 70.000 € para la entrada y todos los gastos. Hacer este cálculo desde el principio es fundamental.

Hoja de ruta: Pasos para conseguir la mejor hipoteca

Conseguir la hipoteca para un local comercial ideal para tu negocio es un proceso que requiere estrategia y paciencia. Sigue estos pasos para asegurarte de que tomas la mejor decisión.

Bloques de madera con números del 1 al 7 y una llave, simbolizando pasos para el éxito.

1. Analiza tu situación financiera con honestidad

Antes de hablar con ningún banco, haz un autoexamen. ¿Cuál es tu capacidad real de endeudamiento? ¿Qué cuota mensual podrías pagar cómodamente, incluso en los primeros meses, cuando los ingresos son más bajos? Esto te dará una idea realista de cuánto dinero puedes pedir.

2. Prepara un plan de negocio a prueba de bombas

Como ya hemos dicho, es tu mejor carta de presentación. Un plan claro, con proyecciones financieras realistas y un buen análisis de mercado, demuestra profesionalidad y genera una confianza enorme en el banco.

3. Valora el local y compara muchas ofertas

Es vital saber el valor de mercado del local. Una tasación te dará una cifra oficial, pero puedes empezar con herramientas online. Conocer el precio justo te da poder para negociar.

Después, visita varios bancos. No te quedes nunca con la primera oferta. Pide simulaciones y compáralas.

El truco está en la TAE: No te fijes solo en el tipo de interés (TIN). La cifra clave es la TAE (Tasa Anual Equivalente), porque incluye comisiones y otros gastos. Solo así sabrás el coste real del préstamo.

4. Negocia las condiciones

Con varias ofertas sobre la mesa, tienes una posición de fuerza. No tengas miedo de negociar el tipo de interés, las comisiones de apertura o la eliminación de productos vinculados que no necesitas (como seguros caros). Si tu perfil es bueno, el banco no querrá perderte. Para más ideas, consulta nuestros consejos para buscar y negociar hipotecas.

5. Presenta toda la documentación de forma impecable

Organiza todos los papeles que te pidan de forma clara y ordenada. Un expediente completo y bien presentado acelera el proceso y transmite una imagen de seriedad.

6. Lee todo antes de firmar

Cuando te aprueben la hipoteca, te entregarán un documento clave: la FEIN (Ficha Europea de Información Normalizada). Es un resumen de todas las condiciones. Léelo con calma y pregunta al notario cualquier duda que tengas antes de firmar.

Seguir estos pasos de forma metódica te ayudará a conseguir la financiación que necesitas en las mejores condiciones posibles para que tu negocio despegue con fuerza.

Preguntas Frecuentes (FAQ)

Es normal tener mil dudas cuando te planteas una decisión tan importante. Aquí respondemos a las preguntas más habituales que se hacen los emprendedores como tú.

¿Puedo conseguir una hipoteca si soy autónomo y llevo poco tiempo?

Es más difícil, pero no imposible. Los bancos suelen pedir al menos dos años de actividad para ver un historial de ingresos estable. Si llevas menos tiempo, tendrás que compensarlo:

  • Con un plan de negocio espectacular: Que demuestre un futuro prometedor.
  • Aportando más ahorros: Si en vez del 30% puedes dar una entrada del 40% o 50%, el riesgo para el banco baja mucho.
  • Ofreciendo garantías adicionales: Un avalista solvente o una propiedad ya pagada pueden ser la llave.

¿Qué ocurre si el negocio va mal y no puedo pagar las cuotas?

Lo más importante: actúa rápido y habla con tu banco. No esperes a dejar de pagar. Pide una cita con tu gestor y explícale la situación. Ellos son los primeros interesados en encontrar una solución. Las opciones más comunes son:

  • Periodo de carencia: Pagar solo los intereses durante un tiempo (6-12 meses) para reducir la cuota al mínimo y darte un respiro.
  • Alargar el plazo: Ampliar los años de la hipoteca para que la cuota mensual baje de forma permanente.

¿Puedo cambiar la hipoteca de mi local a otro banco?

Sí, totalmente. Se llama subrogación y es tu derecho. Si encuentras otro banco que te ofrece mejores condiciones (un interés más bajo, menos comisiones), puedes llevarte el préstamo con ellos. El nuevo banco se encarga de casi todo el papeleo y puede suponer un ahorro de miles de euros a lo largo de la vida de la hipoteca.

¿Es posible que me financien el 100% del local?

Es extremadamente raro, pero no imposible. Los bancos solo se lo plantean en casos muy concretos y de riesgo casi nulo para ellos:

  • Si compras un local que es propiedad del banco: A veces hacen ofertas muy agresivas para darles salida.
  • Con una doble garantía: Si ofreces otra propiedad ya pagada como garantía adicional.
  • Si eres un cliente «VIP»: Con una solvencia y un historial impecables.

En general, prepárate para aportar como mínimo el 30% del precio de compra más los gastos.


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