3 problemas de la realidad virtual y los agentes inmobiliarios
El mercado inmobiliario está cambiando, pero los sabios de la vieja escuela dan guerra. ¿Es productivo subirse al tren de las nuevas tecnologías o la compraventa de inmuebles requiere de ese toque especial que sólo conocen los brokers y agentes inmobiliarios?
Actualmente el debate gira en torno a la implementación de tecnología de vanguardia en los portales inmobiliarios. Mucho se habla de las posibilidades que brindan el 3D y la realidad virtual, pero las preguntas de fondo son otras: ¿quieren los agentes inmobiliarios implementar estas tecnologías? Y en caso de hacerlo, ¿quién pagaría por ellas? ¿Cómo se modificaría el proceso de compraventa de inmuebles tradicional?
Se sabe que el trabajo de los brokers se realiza en primera persona y es el fruto de un delicado entramado que se construye a fuerza de empatía y poder de persuasión. Los agentes ofrecen respuestas y soluciones, acompañan a las visitas y son expertos a la hora de convencer, piezas clave en el proceso de compraventa de inmuebles tradicional. ¿Cuál sería su trabajo si la tecnología se impone? Sin dudas, quedaría relegado, limitando así sus oportunidades de venta. La realidad virtual se anticipa entonces como un duro golpe para estos profesionales, quienes pelean tras bastidores para no introducir cambios vinculados a la tecnología.
Pero hay otro problema vinculado a la introducción de la realidad aumentada en el mercado inmobiliario y se remite a los costes. Tanto los modelos 3D como los tours virtuales son caros y no hay acuerdo sobre quien se responsabiliza de los gastos. Aunque son bonitos y atractivos, alguien debe pagar por ellos. La pregunta es quién: ¿Vendedores? ¿Compradores? ¿Agentes inmobiliarios? ¿Portales inmobiliarios?
Por último, hay que tener en cuenta si la introducción de la realidad virtual suma un valor agregado en el proceso global de compraventa de inmuebles. Muchos se preguntan si estas soluciones tecnológicas mejorarán las ventas y lo cierto es que, aunque vuelven más atractiva la experiencia de búsqueda, no reflejan más ventas que las conseguidas mediante el proceso tradicional. Más allá de los tours virtuales o los modelos 3D interactivos, los potenciales compradores aún quieren visitar las viviendas en persona. Caso contrario es el de los nuevos proyectos, donde la realidad virtual ofrece un valor agregado real, con la posibilidad de ver un proyecto que aún no existe la realidad.
Así pues aquí aparece la razón principal por la cual los grandes portales inmobiliarios eligen no sumar tecnología a sus sitios web. Podrían hacerlo, pero no lo hacen simplemente porque la inversión no vale la recompensa, no sólo porque la tecnología de vanguardia es muy cara, sino porque atenta contra impedimentos estructurales del sistema al tiempo que no refleja un gran valor agregado que valga la pena los esfuerzos.
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