Los hogares del futuro tendrán 50 dispositivos conectados a Internet, transformando en consecuencia, las características más tradicionales del sector de la construcción y del mercado inmobiliario.

Treinta o cuarenta años atrás bastaba con un televisor, una radio y un teléfono para equipar una vivienda, pero a medida que los años transcurren se suman más y más dispositivos en el hogar. Si te sorprendes al saber que en muchos hogares hay una tableta por integrante de la familia, varios ordenadores, un ejército de móviles y otros dispositivos electrónicos, el futuro depara una escena que bien podría ser parte de una película de ciencia ficción: en 2015, los hogares tendrán 50 dispositivos conectados a Internet.

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¿Cómo se llega a esa suma? De acuerdo a la empresa Uxban, dedicada al diseño y promoción de viviendas de alto standing, dentro de ocho años habrá más de 30.000 millones de dispositivos conectados entre sí que llevarán a su vez a una nueva demanda de hábitos y costumbres en el interior de cada hogar.  El sueño de quienes hoy dan sus primeros pasos en esto de crear una casa domótica. De acuerdo al director de diseño de Uxban, Guillermo Vidal, “en 2025 el hogar medio compuesto de cuatro miembros (padres y dos hijos adolescentes) tendrá un promedio de 50 dispositivos conectados a internet frente a los diez de hoy en día”.

Esta revolución tecnológica impactaría fuerte en el sector inmobiliario y el de la construcción. Si hasta el momento, las viviendas siguen construyéndose como antaño, hacia 2015, y de acuerdo a las creencias de Gonzalo Robles, director ejecutivo de la empresa, “cambiará la forma de construir hacia un modelo donde la casa se construye en una fábrica con gran precisión e in situ se ensambla”. Los espacios así pasarían a ser muy amplios y diáfanos, independizándose con pantallas o divisiones “ligeras”. Además, serían permeables a los cambios de situación y por eso habría menos muebles, para así adaptar el espacio a las necesidades de cada momento, ya sea una reunión, a la realidad virtual, etc.

En este contexto, el cerebro de estas casas del futuro ya no sería el padre de familia sino un dispositivo domótico controlando todos los aparatos de la casa, una vivienda hi tech que sólo grandes escritores como Ray Bradbury, H.G, Wells o George Orwell imaginaron.