Las casas modulares o prefabricadas han experimentado un enorme auge en los últimos años por diferentes motivos. Las dificultades para el acceso a una vivienda o los diseños modulares cada vez más atractivos son solo algunos de ellos. ¿Pero realmente ofrecen todas las ventajas que se publicitan? Como en tantos otros aspectos, no solo hay blancos y negros. Analizamos los pros y contras de las casas prefabricadas.
Principales pros y contras de las casas prefabricadas
1. Precio y rapidez
El coste es, sin duda, el mayor atractivo de las viviendas prefabricadas. Pueden ser hasta un 35% más baratas que una casa tradicional. La principal razón es el ahorro en mano de obra. Sin embargo, hay que tener en cuenta un aspecto importante: al precio de la vivienda hay que sumar el del acondicionamiento de los terrenos, acometidas de servicios básicos, licencias, etc.
Antes de decidirse, por tanto, es importante estudiar bien los gastos asociados a la compra de una casa de este tipo y sumar tanto el precio de la casa prefabricada en sí como el de todos los trabajaos previos imprescindibles.
El segundo aspecto, la rapidez, es otro de sus mayores atractivos. Todos sus elementos se hacen en fábrica, de modo que sobre el terreno solo queda el ensamblaje y los remates. Gracias a ello, es posible disponer de una casa lista para entrar a vivir en solo unas semanas.
2. Sostenibilidad
Es uno de los aspectos más polémicos al hablar de pros y contras de las casas prefabricadas. Por un lado, están quienes defienden que son casas sostenibles, puesto que ese proceso de fabricación industrial reduce el gasto energético y las emisiones, además de que se generan menos residuos.
Otro argumento en favor de esa sostenibilidad es que las casas prefabricadas, por su sistema constructivo, elimina los puentes térmicos. Esto significaría que su eficiencia energética es mayor que la de las construcciones tradicionales.
Sin embargo, algunos de estos argumentos también son rebatidos. Hay quien sostiene que la construcción tradicional hoy en día está sometida a unos estándares muy rigurosos que obligan a que los edificios tengan un nivel alto de aislamiento y una calificación energética muy eficiente.
Además de ello, señalan que la vivienda prefabricada se diseña con criterios generalistas, sin tener en cuenta el lugar en el que se instalará. Este aspecto implicaría un uso menos eficiente de recursos como la iluminación natural y una peor integración en el entorno.
3. Diseño
El diseño de las viviendas prefabricadas ha avanzado mucho en los últimos años. Hoy en día son viviendas con todas las comodidades y con acabados que pueden llegar a ser de auténtico lujo. En muchos aspectos, incluso, se pueden personalizar, aunque ello incremente el coste.
Esta diversidad de diseños las puede equiparar a la vivienda tradicional. Pero es innegable que la prefabricada sigue presentando ciertas limitaciones, como a la hora de diseñar grandes espacios diáfanos.
4. Mantenimiento
Aunque dependa en buena medida del material constructivo, en líneas generales el mantenimiento de las viviendas prefabricadas es más exigente que el de la obra convencional. Lo es especialmente en las de madera o metales. Las de hormigón, en cambio, pueden equiparar su mantenimiento con el de las casas tradicionales.
5. Ubicación
El suelo determina en buena medida el valor de la vivienda. En ese sentido, no hay diferencia entre construcción prefabricada o convencional. Pero sí hay un matiz importante: en grandes ciudades el valor del suelo es tan elevado que cabe la posibilidad de que la diferencia de precio de un tipo a otro de edificación no sea tan elevado.
6. Vida útil
Las casas prefabricadas pueden tener una vida útil larga, 70 – 100 años. A pesar de ello, no se puede equiparar a la de una construcción tradicional. En este sentido, y aplicando esos criterios de sostenibilidad, hay quien plantea la duda de si es más eficiente optar por una solución constructiva con fecha de caducidad o por otra que puede durar mucho más tiempo.
7. Financiación y trámites
Son dos aspectos importantes a la hora de valorar pros y contras de las casas prefabricadas. En lo que respecta a la financiación, por lo general las entidades bancarias son reacias a ofrecer créditos para la vivienda prefabricada. Lo habitual es que sea el promotor el que ofrece la financiación, lo que deja muy poco margen a negociar.
En lo relativo a los trámites, no hay que olvidar que la vivienda prefabricada debe cumplir con el Código Técnico de la Edificación y que está sujeta a las normas urbanísticas de las comunidades autónomas y ayuntamientos.
Entonces, ¿vivienda prefabricada, sí o no?
A la hora de decidir es importante tener en cuenta todos estos aspectos. En zonas donde el suelo urbano tiene un precio asequible y las normativas urbanísticas son menos exigentes, una vivienda prefabricada es una buena elección por su menor coste y la rapidez para disponer de ella. También es una posibilidad atractiva como segunda residencia.
En entornos urbanos de gran densidad o cuando se buscan diseños muy exclusivos, sin embargo, la vivienda prefabricada puede no ser la mejor elección, ni por precio ni por posibilidades de personalización.
Y, para ayudarte a decidir, siempre es buena idea comprobar el precio de la vivienda en el área en el que te interesa tener esa casa nueva.
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