El préstamo hipotecario para adquirir la vivienda habitual es unas de las operaciones más habituales y que mayor trascendencia tiene para la economía personal de los ciudadanos. No olvidemos que en muchos casos estamos hablando de plazos que pueden superar los 25 o 30 años.

Se trata de una operación que debes analizar con calma y conocer bien los pasos que debes dar para elegir la hipoteca que más te convenga, solicitarla y contratarla, y así evitar gastos innecesarios y sorpresas en un futuro.

 

Conocer la situación del mercado hipotecario

Lo más importante es obtener la mayor información posible sobre la situación del mercado hipotecario y las ofertas de los distintos bancos. Los datos más importantes en los que debes fijarte son los tipos de interés que se aplican, las comisiones y las vinculaciones que nos va a solicitar el banco para poder contratarla o para conseguir un interés más reducido.

Esta primera fase de obtención de información se puede hacer directamente online visitando las páginas web de los bancos en los que tenemos más confianza o se pueden usar herramientas como el comparador de hipotecas de Busconómico, para ver de un solo vistazo las condiciones generales de decenas de hipotecas que actualmente están en el mercado.

Por supuesto, una vez que tengas unos finalistas en tu selección tendrás que consultar directamente con la entidad bancaria para que corrobore la información que tienes, la amplíe, vea si es viable en tu caso y te de todos los detalles de la operación.

 

 

Conocer tu situación personal antes de solicitar una hipoteca

Una vez que hemos adquirido unos conocimientos mínimos nos toca tener una idea clara de nuestra situación personal a nivel económico. Esto es fundamental porque, en última instancia, es lo que el banco quiere saber y donde radica el peso de su decisión de concedernos o no la hipoteca.

  • Ingresos mensuales. Lo que el banco quiere es asegurarse de que va a poder recuperar el dinero que entrega prestado y para eso va a vincular la cantidad a prestar al nivel de ingresos del cliente. Esta capacidad de reembolso es fundamental y la cuota hipotecaria no debe representar más de un 30% o 40% de los ingresos mensuales netos.
  • Estabilidad de los ingresos. Como hemos dicho, la hipoteca tiene una vida financiera muy larga y hay que asegurar la capacidad de reembolso durante el mayor tiempo posible. Un trabajo fijo y una antigüedad elevada en tu empleo te dará más opciones frente a tu banco.
  • Ahorros necesarios para solicitar una hipoteca. Lejos quedan los tiempos en los que los bancos financiaban el 100% del valor del piso o incluso más. Hoy en día no suelen superar el 80% de la tasación, lo que obliga a tener el 20% restante más los gastos e impuestos correspondientes.
  • Expediente económico de confianza. Por un lado, el banco nos puede pedir que no tengamos otros préstamos y obligaciones financieras importantes que mermen nuestra capacidad de reembolso. Además, si existiera un registro de impagos frecuentes, ya sea en suministros del hogar, retrasos en otros préstamos solicitados a entidades, o constas en el registro de morosos, la cosa se puede complicar.

 

Recopilar la documentación necesaria

Aunque cada entidad exige su propio grupo de documentos e información, no está de más adelantarse y reunir los que más habitualmente van a solicitarte:

  • Escrituras. Si la idea es pedir una hipoteca con garantía sobre una vivienda que ya es de nuestra propiedad, con el objeto de refinanciar y agrupar deudas por ejemplo, habrá que presentar al banco las correspondientes escrituras de compraventa que demuestren nuestra titularidad. Para hacer los trámites necesarios también solicitarán el recibo de la contribución urbana.
  • Contrato de compraventa. Si se va a realizar una operación de compraventa que se pretende financiar con el préstamo hipotecario, aunque en este caso lo normal será disponer de este documento el mismo día que se firma la hipoteca y se entrega el dinero al vendedor.
  • Nota Simple. En este documento, que puede obtenerse en el Registro de la Propiedad, se detallan las cargas que pueda tener el inmueble.
  • Declaración de la renta. Para acreditar los ingresos obtenidos durante el último ejercicio fiscal.
  • Cualquier otro justificante de rentas o ingresos que queramos ofrecer como garantía de reembolso: Nóminas, contrato laboral, rentas, declaraciones de IVA en el caso de ser autónomo, etc.
  • Documentación complementaria. Que va desde los más sencillos como la presentación del NIF a la entrega de un extracto bancario de los últimos meses, circunstancia esta última no exigida en todos los bancos.

 


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