Una vivienda es mucho más que una simple construcción, en muchas ocasiones es un hogar donde se han vivido momentos importantes y han se depositado ilusiones. Eso hace que la venta tenga un componente emocional muy fuerte que, sin embargo, hay que intentar evitar. A qué precio puedo vender mi casa es la gran pregunta y, para responderla y acertar con la decisión, conviene tener en cuenta algunos consejos básicos.

1. Ajustar las expectativas

Ese componente emocional puede interferir a la hora de establecer un precio de partida realista. Si no se consigue, se corre el riesgo de que la casa permanezca demasiado tiempo en el mercado inmobiliario.

La primera consecuencia es que las posibilidades de venta se reduzcan, puesto que los potenciales compradores suelen desconfiar de inmuebles que no han tenido salida en meses. Por lo general, no mostrarán interés en la vivienda y, si lo hacen, intentarán negociar un precio a la baja.

La segunda consecuencia es que se produzca un cambio de tendencia en el mercado. Si es a la baja, habría que hacer una rebaja incluso por debajo de lo que hubiera sido un precio de salida razonable. Ese cambio de tendencias también puede estar relacionado con cambios regulatorios, cada vez más frecuentes.

Y otro factor importante que a veces pasa desapercibido cuando un propietario se empecina en un precio de venta desajustado es el coste de mantenimiento que puede suponer un proceso de venta largo, por ejemplo, cuando se trata de un piso heredado.

Por lo tanto, ante la duda de a qué precio puedo vender mi casa, el primer consejo es no dejarse llevar por las emociones.

2. Evitar establecer el precio con un beneficio en mente

Plantearse a qué precio puedo vender mi casa es una cosa, hacerlo con la única idea de ganar una cantidad determinada es otra. Es un error partir de la única base de obtener unas ganancias. Hacerlo significa en muchos casos no hacer una valoración realista que permita vender con rapidez.

En ese sentido, hay que evitar dejarse llevar por lo que un familiar o un vecino ganó con la venta de su vivienda. Ni las circunstancias del mercado ni el escenario económico son los mismos. Y, seguramente, tampoco lo serán las características de la vivienda.

En ese caso, lo ideal es hacer una pequeña prospección del mercado en el momento en el que se ponga a la venta el inmueble. Eso permitirá tomar el pulso de la realidad y marcar un precio adecuado, que permita vender con rapidez sin perder dinero.

3. Valorar en su justa medida las reformas realizadas

Sobre todo cuando se trata de viviendas con una cierta antigüedad, es fácil que se hayan hecho reformas. Sumar su coste al precio de venta de la casa no siempre será beneficioso. Es necesario tener en cuenta que esas reformas siempre se realizan de acuerdo a los gustos y necesidades particulares, que no tienen que ser los mismos que los de los compradores.

Aunque esas mejoras sí puedan incrementar el valor de la vivienda, no hay que empeñarse en amortizarlas. De ser así, se corre el riesgo de perder oportunidades y ahuyentar a compradores, dificultando la venta. También en este aspecto existe un componente subjetivo muy importante.

4. ¿A qué precio puedo vender mi casa? El mejor consejo: una valoración experta

A pesar de todo lo anterior, puede ser complicado establecer un precio de venta ajustado al mercado. Cabe la posibilidad de solicitar los servicios de profesionales del sector, que conocen bien el mercado y su evolución.

Hay, sin embargo, otra posibilidad si no se desea asumir el coste de un asesoramiento profesional. Herramientas de valoración de inmuebles online permiten obtener un precio realista, que incrementará las posibilidades de vender en poco tiempo y en las mejores condiciones.

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