El año 2022 está siendo un año de cambios para aquellos que tienen firmado un préstamo hipotecario, sobre todo si es de interés variable. Después de casi seis años en negativo, el Euríbor vuelve a estar en cifras positivas y su valor parece que seguirá al alza. Y a ello hay que sumar ahora el reciente anuncio del Banco Central Europeo de incrementar en 25 puntos básicos el precio del dinero.

Primeros movimientos en el mercado hipotecario

Inmersos en este panorama de subida de tipos de interés, son muchos los que se preguntan si es el momento de cambiar la hipoteca variable a fija. De hecho, el Instituto Nacional de Estadística ya ha registrado un cambio de tendencia en este sentido.

De esta forma, en marzo, de las casi 17.000 hipotecas que cambiaron sus condiciones, un 24,4% lo hicieron en lo que refería a tipos de interés. Así, el porcentaje de hipotecas a interés fijo aumentó del 22,9% al 48,4%, mientras que las de interés variable disminuyeron del 75% al 48,9%.

Con la subida de los tipos de interés ya anunciada por el Banco Central Europeo y el temor a que pueda producirse otra antes de que finalice el año, la decisión de mantener la hipoteca en interés variable o hacer el cambio a fija se ha convertido en una preocupación para muchos hipotecados. Es una decisión importante que no conviene tomar a la ligera sin antes haber hecho cálculos.

¿Es momento de cambiar la hipoteca variable a fija?

Ante la posibilidad de que el Euríbor y los tipos de interés sigan subiendo, es lógico pensar que sí es el momento de plantearse cambiar las condiciones del préstamo hipotecario. Pero no necesariamente se saldrá ganando con el cambio, depende de cuándo se firmase la hipoteca y en qué condiciones. A ello hay que sumar que los bancos han empezado a mover ficha encareciendo los intereses de sus hipotecas fijas de manera significativa, alrededor de un punto.

Aunque cada caso sea completamente diferente, en líneas generales sí se recomienda cambiar la hipoteca variable a fija si aún queda mucho capital por amortizar. Las previsiones apuntan a que el Euríbor mantendrá esa tendencia alcista y el interés fijo aportará mayor estabilidad en un periodo económico incierto.

En las circunstancias actuales, también será una decisión beneficiosa para aquellos que se hipotecaron entre 2011 y 2015. En ese periodo, el diferencial que se aplicaba a las hipotecas era elevado, de entre un 1,5% y un 2%. Ese es el motivo por el que en su caso sí sea aconsejable hacer cuentas con vistas a cambiar la hipoteca variable a fija.

¿Y para quienes firmaron los préstamos fuera de ese periodo? Todo dependerá de las condiciones particulares, de los años que queden de hipoteca y del nivel de riesgo que se desee asumir. En su caso, lo ideal es confiar en profesionales que puedan prestar un buen asesoramiento.

Procedimientos para cambiar la hipoteca variable a fija

La recomendación para quienes decidan cambiar las condiciones de su hipoteca es no retrasarlo en el tiempo. Si el precio del dinero sube, los bancos podrían ajustar de nuevo los tipos de interés que aplican a sus hipotecas fijas. Tomada la decisión, existen tres posibilidades para realizar el cambio:

Novación

Se trata de modificar las condiciones del préstamo con la entidad bancaria con la que se firmó. Implica la aceptación de los intereses fijos que aplique aquella. Además, la operación conlleva aparejados unos gastos, en concreto, una comisión máxima del 0,15% sobre el importe pendiente durante los tres primeros años.

Subrogación

En este caso, lo que se hace es pasar la hipoteca a otra entidad bancaria. Permite elegir aquella que ofrezca un interés más atractivo, pero no se pueden modificar ni el plazo de amortización ni el importe pendiente, como sí se puede hacer en la novación. Lo que sí puede ocurrir en ambos procedimientos es que el banco pida una tasación o repercuta al cliente algunos gastos de notaría o gestoría.

Cancelación y contratación de un préstamo nuevo

Otra opción para cambiar la hipoteca variable a fija es cancelar la hipoteca y solicitar una nueva. Esta fórmula permite ampliar capital o los años. Sin embargo, supone un mayor coste que los procedimientos anteriores, puesto que habrá que afrontar los gastos de cancelación de hipoteca y la comisión por amortización anticipada, además de los gastos de tasación del inmueble, nuevamente.

En este aspecto siempre resulta de utilidad contar con herramientas de valoración gratuita de inmuebles como TroviValora. De este modo, es posible tener una idea muy aproximada del precio real de la vivienda en el mercado y calcular mejor la cantidad que se puede solicitar en el nuevo préstamo hipotecario.

En cualquiera de los casos, la recomendación es mirar con lupa cada detalle. En los cálculos para decidir si se cambian las condiciones de la hipoteca no se pueden olvidar ni las condiciones del préstamo firmado, ni los intereses de la nueva hipoteca fija, ni el plazo de amortización pendiente o los gastos que conlleva la operación.