Los cambios sociales, económicos y tecnológicos repercuten en todas las actividades, también en el rol del agente inmobiliario. En la última década, los profesionales inmobiliarios han tenido que adaptarse a nuevas formas de trabajar y a unos hábitos de compradores y vendedores que poco tienen que ver con los de hace no tanto tiempo.
La transformación ‘tech’ del sector inmobiliario
Internet y el avance de la digitalización en casi cualquier aspecto profesional o cotidiano han sido catalizadores de esa transformación en el rol del agente inmobiliario. Si hace unos años la figura del agente inmobiliario era esencial en cualquier fase del proceso de compra o venta de una propiedad, en la actualidad, propietarios y compradores dan -como mínimo- los primeros pasos en la Red. Unos, publicando sus anuncios en portales inmobiliarios y, otros, buscando en los listados que ofrecen.
Podría parecer entonces que el rol del agente inmobiliario en ese nuevo panorama se ve relegado a un segundo plano. Sin embargo, no es así. La compraventa de viviendas sigue siendo un producto y mercado complejos en el que agentes e inmobiliarias tienen mucho que aportar.
Aunque es cierto que muchos procesos hoy en día están automatizados gracias a multitud de aplicaciones, CRM inmobiliarios o la integración de plataformas, también lo es que estos avances han facilitado el trabajo de los agentes, pero no lo han sustituido. De hecho, el uso adecuado de diferentes tecnologías está permitiendo a muchos agentes poner en valor su trabajo, diferenciarse y conseguir ventajas competitivas.
El rol del agente inmobiliario en un entorno digital
En un entorno marcado por la digitalización, hay aspectos que los programas informáticos no pueden sustituir. La experiencia y el conocimiento profundo del mercado inmobiliario, de su evolución y sus perspectivas son dos de ellos. Especialmente, en lo que se refiere información localizada sobre áreas concretas o barrios en los que el expertise local es una fortaleza.
Compradores y vendedores siguen necesitando un buen asesoramiento. Los primeros para encontrar las mejores oportunidades y los segundos para obtener el mayor beneficio posible de la venta. El papel del agente inmobiliario en ese sentido sigue siendo hoy insustituible. Pero hay más aspectos esenciales.
Internet ha conseguido que la información esté al alcance de todos a golpe de clic, sin embargo, desenvolverse en el mercado inmobiliario no deja de entrañar cierta complejidad. Cambian las preferencias, las tendencias y -cada vez con más frecuencia- la regulación que afecta al sector inmobiliario. Sacar partido de ese conocimiento es hoy una de las claves del éxito de cualquier agente inmobiliario. La cercanía, la capacidad de resolver dudas con rapidez de una forma fácilmente comprensible y la empatía son aspectos en los que cualquier profesional saca ventaja a la tecnología.
Ser capaces de optimizar procesos que parecen simples como mejorar la conversión de los anuncios inmobiliarios, preparar los inmuebles para la venta, ayudar a ajustar las expectativas, negociar un buen acuerdo o guiar con solvencia la parte burocrática del negocio son también aspectos en los que los profesionales son imprescindibles.
Sin embargo, la propia tecnología también ofrece algunas herramientas con las que los agentes pueden competir y sobresalir sobre sus competidores. A las herramientas tecnológicas ‘ya convencionales’ que agilizan el día a día de los profesionales del sector como CRMs, aplicaciones de generación de contactos, de productividad o de marketing, se unen nuevas estrategias para llegar donde antes no se llegaba.
Un ejemplo es el uso de canales digitales para la captación de inmuebles, un segmento en el que hasta hace poco predominaba la interacción presencial y las técnicas tradicionales, y donde la implementación de estrategias digitales se está imponiendo cada vez más.
Captar en digital ofreciendo valoraciones gratuitas a los propietarios de viviendas es una historia de éxito para cada vez más inmobiliarias que crean procesos estructurados para captar propietarios a través de Internet, ofrecen un valor diferenciado al cliente y dedican su tiempo a atender leads que sí tienen interés en contratar sus servicios.
El rol del agente inmobiliario sigue siendo fundamental en todas las fases del proceso inmobiliario, desde la captación hasta la negociación y la culminación del proceso de compraventa de inmuebles. Pero aquellos que antes se adaptan a los cambios y aprovechan las ventajas de la digitalización están mejor preparados para impulsar sus ventas.
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